SIGNOS DE PUNTUACIÓN
El hombre perdió la coma, empezó a temer a las oraciones complejas, buscó frases más sencillas. Frases sencillas implicaron pensamientos sencillos.
Después,
perdió el signo de exclamación y comenzó a hablar en voz baja, monótonamente.
No le alegraba ni le indignaba nada, todo lo tenía sin cuidado.
Más tarde, perdió el signo de interrogación y dejó de formular preguntas; ningún acontecimiento le despertaba curiosidad, ya sucediera en el Cosmos, en la Tierra o, incluso en su propio hogar.
Luego
de un par de años perdió otro signo de puntuación –los dos puntos– y dejó de
explicar a la gente su conducta.
Hacia
el final de su vida no le quedaron más que las comillas. No expresaba ninguna
idea propia sino que siempre citaba a otros... Así que se desacostumbró a
pensar y llegó hasta el punto final. ¡Cuide los signos de puntuación!
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